sábado, 18 de julio de 2015

Marie Curie



Maria Salomea Skłodowska-Curie, conocida habitualmente como Marie Curie (Varsovia, Zarato de Polonia, 7 de noviembre de 1867-Passy, Francia, 4 de julio de 1934), fue una física, matemática y química polaca, nacionalizada francesa. Pionera en el campo de la radiactividad, fue, entre otros méritos, la primera persona en recibir dos Premios Nobel en distintas especialidades, Física y Química, y la primera mujer en ser profesora en la Universidad de París. Nació en Varsovia (Zarato de Polonia, Imperio ruso), donde vivió hasta los 24 años. En 1891 se trasladó a París para continuar sus estudios. Fundó el Instituto Curie en París y en Varsovia. Estuvo casada con el físico Pierre Curie y fue madre de Irène Joliot-Curie (también galardonada con el Premio Nobel, junto a su marido Frédéric Joliot-Curie) y de Eva Curie.


Era la quinta hija de Władysław Skłodowski, profesor de enseñanza media en Física y Matemáticas al igual que su abuelo, y de Bronisława Boguska, quien fue maestra, pianista y cantante.

Maria era la menor de cinco hijos: Zofia (1862), Józef (1863), Bronisława (1865), Helena (1866) y finalmente ella, Maria (1867). En aquel tiempo, la mayor parte de Polonia estaba ocupada por Rusia, que, tras varias revueltas nacionalistas sofocadas violentamente, había impuesto su lengua y sus costumbres. Junto con su hermana Helena, Marie asistía a clases clandestinas ofrecidas en un pensionado en las que se enseñaba la cultura polaca.


En 1891 Maria se inscribe en la Facultad de Ciencias Matemáticas y Naturales de la Universidad de la Sorbona. A partir de ese momento, Maria pasó a llamarse Marie Skłodowska. A pesar de tener una sólida base cultural adquirida de forma autodidacta, Marie tuvo que esforzarse para mejorar sus conocimientos de francés, matemáticas y física, para estar al nivel de sus compañeros.

En 1893 consigue la licenciatura de Física y obtiene el primer puesto de su promoción; en 1894 también se licencia en Matemáticas, la segunda de su promoción. Para financiarse los estudios de matemáticas, Marie aceptó una beca de la Fundación Alexandrowitch, que le fue otorgada gracias a una conocida llamada Jadwiga Dydyńska. El dinero de la beca (600 rublos) fue restituido por Marie más tarde. En 1894 también conoce al que sería su marido, Pierre Curie, que era profesor de Física. Los dos empiezan a trabajar juntos en los laboratorios y al año siguiente (1895). Su matrimonio duraría, hasta la trágica muerte de Pierre (1906), un total de once años. En 1895 se descubrieron los rayos X y en 1896 se descubre la radiactividad natural. Marie hace su tesis doctoral sobre este último descubrimiento.

El doctorado

Tras una doble titulación, el siguiente reto era la obtención del doctorado. Hasta ese momento, la única mujer que había logrado doctorarse era la alemana Elsa Neumann.

El primer paso era la elección del tema de su tesis. Tras analizarlo con su marido, ambos decidieron centrarse en los trabajos del físico Henri Becquerel, que había descubierto que las sales de uranio transmitían unos rayos de naturaleza desconocida. Este trabajo estaba relacionado con el reciente descubrimiento de los rayos X por parte del físico Wilhelm Röntgen. Marie Curie se interesó por estos trabajos y, con la ayuda de su esposo, decidió investigar la naturaleza de las radiaciones que producían las sales de uranio.

Dirigida por el propio Becquerel, el 25 de junio de 1903 Marie defendió su tesis doctoral, titulada Investigaciones sobre las sustancias radiactivas, ante un tribunal presidido por el físico Gabriel Lippmann. Obtuvo el doctorado y la mención cum laude.

La cátedra en Física

Tras la muerte de su esposo en 1906, Marie Curie obtuvo la cátedra de Física en la Sorbona que había sido otorgada a Pierre en 1904.

El 15 de noviembre de 1906, Marie dio su primera lección. La expectación era máxima, ya que se trataba de la primera vez que una mujer impartía una clase en la universidad. Allí acudió un gran número de personas; muchas de ellas ni siquiera eran estudiantes. En aquella primera sesión, Marie habló sobre la radiactividad.

Estudio de la radioactividad

Marie Curie y Pierre Curie estudiaron las hojas radiactivas, en particular el uranio en forma de pechblenda, que tenía la curiosa propiedad de ser más radiactiva que el uranio que se extraía de ella. La explicación lógica fue suponer que la pechblenda contenía trozos de algún elemento mucho más radiactivo que el uranio.

También descubren que el torio podía producir radioactividad. Tras varios años de trabajo constante, a través de la concentración de varias clases de pechblenda, aislaron dos nuevos elementos químicos. El primero, en 1898, fue nombrado como polonio en referencia a su país nativo. Polonia había sido particionada en el s. XVIII entre Rusia, Prusia y Austria, y la esperanza de Skłodowska-Curie fue nombrar al elemento con el nombre de su país nativo para atraer la atención hacia la pérdida de su independencia. El polonio fue el primer elemento químico que recibió su nombre por razones políticas. El otro elemento fue llamado Radio (Ra) debido a su intensa radiactividad. Siempre trabajaron durante estos años en un cobertizo y Pierre era el encargado de suministrar todos los medios y artilugios para que Marie trabajara. Pierre tenía temporadas de una gran fatiga que incluso le obligaban a reposar en cama, además de que los dos sufrían quemaduras y llagas producidas por sus peligrosos trabajos radiactivos.

Poco después Marie obtuvo un gramo de cloruro de radio, lo cual consiguió tras manipular casi ocho toneladas de pechblenda. En 1902 presentan el resultado y les invitan a todas las sedes científicas y a todas las cenas y reuniones sociales, lo que les lleva a la fama. Los científicos les mandaban cartas y los estadounidenses les pedían que dieran a conocer todos sus descubrimientos. Tanto Pierre como Marie aceptan y prestan todas sus investigaciones sin querer lucrarse de ello mediante patentes, un hecho que es aplaudido por todo el mundo.

Premios Nobel

Junto con Henri Becquerel y Pierre Curie, Marie fue galardonada con el Premio Nobel de Física en 1903, «en reconocimiento por los extraordinarios servicios rendidos en sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación descubiertos por Henri Becquerel». Fue la primera mujer que obtuvo tal galardón. Recibieron por él 15 000 dólares, lo que les permitió contratar a un ayudante de laboratorio. Poco después, en 1904, Pierre se consolidó como profesor titular en la Facultad de Ciencias de la Sorbona (donde ya enseñaba desde 1900). La fama les abrumó y se concentraron en sus trabajos. En el mismo año tuvieron a su segunda hija, Ève, tras sufrir Marie un aborto, probablemente producido por la radiactividad.

El 19 de abril de 1906 ocurrió una tragedia: Pierre fue atropellado por un carruaje de seis toneladas y murió sin que nada se pudiera hacer por él. Marie quedó muy afectada, pero quería seguir con sus trabajos y rechazó una pensión vitalicia. Además asumió la cátedra de su marido, y fue la primera mujer en dar clases en la universidad en los 650 años transcurridos desde su fundación.

En 1910 demostró que se podía obtener un gramo de radio puro. Al año siguiente recibió en solitario el Premio Nobel de Química «en reconocimiento por sus servicios en el avance de la Química por el descubrimiento de los elementos radio y polonio, el aislamiento del radio y el estudio de la naturaleza y compuestos de este elemento». Con una actitud desinteresada, no patentó el proceso de aislamiento del radio, dejándolo abierto a la investigación de toda la comunidad científica.

Marie Curie fue la primera persona a la que se le concedieron dos Premios Nobel en dos campos diferentes. La otra persona que lo ha obtenido hasta el presente es Linus Pauling (Química y Paz). Dos premios Nobel en el mismo campo lo han obtenido John Bardeen (Física) y Frederick Sanger (Química). Marie Curie presidió, por otra parte, el Instituto del Radio y trabajó en el gran laboratorio Curie. Tiempo después de la muerte de su marido, inició una relación de pareja con el físico Paul Langevin, quien estaba casado, lo que generó un escándalo periodístico con tintes xenófobos.

Durante la Primera Guerra Mundial Curie propuso el uso de la radiografía móvil para el tratamiento de soldados heridos. El coche llevaba el nombre de Petit Curie. Su hija Irène, con 18 años de edad, empieza a ayudarla. El gramo de radio lo dona a la investigación científica; luego le darían otro que también donaría al Instituto del Radio de Varsovia. En 1921 visitó los Estados Unidos, donde fue recibida triunfalmente. El motivo del viaje era recaudar fondos para la investigación. En sus últimos años fue asediada por muchos físicos y productores de cosméticos, que usaron material radiactivo sin precauciones.

Sólo unos meses más tarde de su última visita a Polonia, en la primavera de 1934, Curie, después de quedarse ciega, murió el 4 de julio de 1934 en la Clínica Sancellemoz, cerca de Passy (Alta Saboya, Francia), a causa de una anemia aplásica, probablemente debida a las radiaciones a las que estuvo expuesta en sus trabajos, y cuyos nocivos efectos eran aún desconocidos. Fue enterrada junto a su marido en el cementerio de Sceaux, pocos kilómetros al sur de París.

Sesenta años después, en 1995, sus restos fueron trasladados, junto con los de Pierre, al Panteón de París. En el discurso pronunciado en la ceremonia solemne de ingreso, el 20 de abril de 1995, el entonces Presidente de la República, François Mitterand, dirigiéndose especialmente a sus nietos y bisnietos, destacó que Marie, que había sido la primera mujer francesa en ser doctora en Ciencias, en ser profesora en la Sorbona y también en recibir un Premio Nobel, lo era nuevamente al reposar en el famoso Panteón de París por sus propios méritos (en lo que sigue siendo la única al día de hoy).

Su hija mayor, Irène Joliot-Curie (1897–1956), también obtuvo el Premio Nobel de Química, en 1935, un año después de la muerte de su madre, por su descubrimiento de la radiactividad artificial. La segunda y longeva hija del matrimonio, Ève (Eva Curie, 1904–2007), periodista, pianista y activista por la infancia, fue el único miembro de la familia que no se dedicó a la ciencia. Escribió una biografía de su madre, Madame Curie, que se publicó simultáneamente en Francia, Inglaterra, Italia, España, Estados Unidos y otros países en 1937, y fue un best-seller.






sábado, 11 de julio de 2015

Rosario Sánchez Mora, La Dinamitera


Rosario Sánchez Mora, conocida como La Dinamitera, (Villarejo de Salvanés; 21 de abril de 1919 - Madrid; 17 de abril de 2008), miliciana española de la Guerra Civil. Es conocida por haber sido plasmada su labor en el frente republicano en un poema de Miguel Hernández titulado Rosario, dinamitera.

Vivió en Villarejo de Salvanés hasta los 16 años en que se fue a Madrid, en 1935, a casa de unos amigos que la habían cuidado cuando murió su madre.

A su llegada a Madrid se hizo militante comunista y trabajaba como aprendiz de corte y confección en un Círculo Cultural de las Juventudes Socialistas Unificadas en Madrid cuando estalló la Guerra Civil Española.

Con diecisiete años se incorporó a las Milicias Obreras del Quinto Regimiento (denominado "El Campesino", liderado por Valentín González) que partieron el 19 de julio de 1936 hacia Somosierra para detener a las tropas del general Mola. Rosario, como una chica joven de su edad, no conocía nada de instrucción militar ni de artillería. Con las milicianas republicanas, entre ellas Angelita Martínez, Consuelo Martín, Margarita Fuente y Lina Odena, participaron por primera vez en el frente y armadas, lejos de las tareas clásicas de auxiliares y enfermeras de la mujer en la guerra.

Tras dos semanas de enfrentamientos, en las que lograron contener a los rebeldes franquistas, la guerra en la sierra dejó de ser una batalla abierta para convertirse en una batalla de posiciones y fue destinada a la sección de dinamiteros, fabricando bombas de mano caseras. Allí, manipulando dinamita, perdió una mano al estallarle un cartucho, acto cantado por Miguel Hernández en el poema Rosario, dinamitera. Herida de gravedad, la operaron en el hospital de sangre de la Cruz Roja en La Cabrera, donde consiguieron salvarle la vida.

Tras su salida del hospital, se reincorporó a la división, como encargada de la centralita del Estado Mayor Republicano en la Ciudad Lineal de Madrid. Fue allí donde Rosario conoció a Miguel Hernández, Vicente Aleixandre y Antonio Aparicio, poetas al servicio de la causa republicana.

Había transcurrido un año de guerra cuando se le presentó la ocasión de volver al frente. La 10.ª Brigada Mixta de El Campesino se había convertido en la 46ª División, con más de doce mil hombres a sus órdenes, que en el verano de 1937 intervino en una ofensiva hacia Brunete para intentar atrapar en una bolsa a las fuerzas nacionales que sitiaban Madrid desde el suroeste. Rosario fue elegida para convertirse en jefa de cartería de su división, con la categoría de sargento, encargada de ser el nexo de unión con el Estado Mayor en la capital y de llevar la correspondencia de los soldados.

Desempeñó esta labor hasta el fin de la batalla de Brunete el 25 de julio de 1937, que con la derrota del lado republicano, las tropas de la División del Campesino se retiraron a sus cuarteles de Alcalá de Henares. Allí, contrajo matrimonio civil con Francisco Burcet Lucini, quedándose embarazada poco después. Pero el 21 de enero de 1938, su marido partió rumbo a Teruel con los hombres de la 46.ª División para relevar a los de la 11.ª de Líster, que habían participado en la toma de la ciudad, la primera capital de provincia que las tropas republicanas conseguían conquistar desde el inicio de la guerra.

Rosario mientras tanto comenzó a trabajar en la oficina que Dolores Ibárruri, la Pasionaria, había organizado en el nº5 de la calle de Zurbano de Madrid para reclutar mujeres que cubrieran los puestos de trabajo que los hombres dejaban libres cuando marchaban al frente. Trabajó allí hasta que dio a luz a su hija Elena.

Tras la batalla del Ebro, que supuso el desequilibrio de la balanza entre tropas republicanas y nacionales, dejo de recibir correspondencia de su marido, y Rosario no supo si éste había muerto, había logrado escapar a Francia o era uno de los miles de prisioneros que hicieron los nacionales en su avance.



Cuando la Guerra estaba acabando, Rosario intentó escapar por Alicante con su padre, dejando a su hija con la segunda mujer de éste. Allí fueron capturados, con otros/as 15.000 republicanos/as que esperaban exiliarse a bordo de barcos de la Sociedad de Naciones que nunca llegaron a puerto. Fueron conducidos/as al campo de los Almendros, donde su padre fue fusilado. Rosario fue liberada y trasladada semanas después a Madrid, donde fue detenida de nuevo por vecinos falangistas de su pueblo, que la encarcelaron en la prisión de Villarejo y después en la de Getafe, mientras se le incoaba un procedimiento sumarísimo de urgencia. La petición fiscal de muerte fue conmutada por 30 años de reclusión por un delito de adhesión a la rebelión. Ella, que había defendido la legalidad republicana, era acusada de haberse levantado contra quienes la violentaron.

Fue trasladada a la prisión de Ventas y siguió un periplo carcelario por las prisiones de Durango, Orúe y, finalmente, la de Saturrarán. El 28 de marzo de 1942, tras sufrir tres años de encierro y todo tipo de calamidades, fue puesta en libertad gracias a los beneficios penitenciarios que el régimen franquista se veía obligado a decretar periódicamente para aliviar sus prisiones. Precisamente ese mismo día en que fue liberada moría Miguel Hernández en la prisión de Alicante.

Fue condenada a permanecer desterrada a más de 200 kilómetros de su pueblo y se instaló en El Bierzo, con una compañera de prisión ya liberada, pero la necesidad de ver a su hija la hizo regresar a Madrid pese a la prohibición de hacerlo. Su hija estaba al cuidado de su suegra y desde allí comenzaron la búsqueda de su marido, sin noticias desde el fin de la guerra y que más tarde supieron que había rehecho su vida en Oviedo una vez que el régimen franquista había anulado todos los matrimonios civiles de la República. Rosario volvió a casarse y tuvo otra hija, pero se separó al cabo de dos años. Para ganarse la vida comenzó a vender tabaco americano de contrabando en la plaza de Cibeles. Posteriormente montó un estanco en Madrid, en la calle Peña Prieta del barrio de Vallecas.

Rosario falleció el 17 de abril de 2008. Durante el sepelio estuvo acompañada de la bandera tricolor y personalidades destacadas de la política como Gaspar Llamazares y Paco Frutos, secretario general del PCE.





viernes, 3 de julio de 2015

Enheduanna


Enheduanna o Enkheduanna (2285–2250 a. C.) cuyo nombre también se ha transliterado como Enheduana, En-hedu-ana o EnHeduAnna ("en" significa sumo sacerdote o suma sacerdotisa, y "hedu" significa ornato, de manera que su nombre se puede traducir como "suma sacerdotisa ornato del dios, An", fue una poetisa acadia así como Suma Sacerdotisa del dios de la Luna Nannar (Sin) en la ciudad-estado sumeria de Ur.

Es la primera persona de la que se conoce que detentó el título de "Sacerdotisa En", un papel de gran importancia política que a menudo llevaron las hijas de la familia real que dominaba en Mesopotamia; como Enmenanna, hija de Naram-Sin de Akkad, hasta la hija de Nabonid, rey de Babilonia en el siglo VII a. C.).

Enheduanna era tía del rey acadio Naram-Sin y fue una de las primeras mujeres de la historia cuyo nombre se conoce. Fue nombrada por su padre, el rey Sargón de Acad como suma sacerdotisa de Nanna o Nannar, el dios-Luna sumerio, una de las mayores divinidades del panteón mesopotámico, en Ur, durante el III milenio a. C. Su madre fue la reina Tashlultum.

Su nombramiento se considera un atrevido movimiento político por parte de Sargón para ayudar a cimentar el poder en el sur de Sumeria donde se encontraba la ciudad de Ur.


Continuó en el cargo durante el reinado de Rimush, su hermano. Fue durante el reinado de Rimush cuando se implicó en alguna forma de agitación política, expulsada, y luego eventualmente reinstaurada como suma sacerdotisa. Su composición Exaltación de Inanna o ‘nin me sar-ra’ detalla su expulsión de Ur y su eventual reinstauración. Esto se relaciona con "La maldición de Acad" en la que Naram-Sin, bajo quien es posible también que Enheduanna sirviera, es maldecido y desterrado por Enlil. Tras su muerte, Enheduanna siguió siendo recordada como una figura importante, quizá incluso obteniendo un estatus semi-divino.

Enheduanna es bien conocida por fuentes arqueológicas y textuales. Su existencia como personaje histórico se encuentra bien establecida. Está el disco de alabastro con su nombre y su imagen, obtenido en la excavación de Gipar en Ur, que era la residencia principal de la Sacerdotisa En. Se encontró en los niveles Isin-Larsa (h. 2000–1800 a. C.) del Giparu junto con una estatua de la Sacerdotisa En Enannatumma. Y documentos históricos escritos indican que era hija del rey Sargón de Acad, el primer gobernante que unió el norte y el sur de Mesopotamia.

Se obtuvieron dos sellos con su nombre, pertenecientes a sus sirvientes y que datan del periodo sargónida, al excavar el Cementerio real en Ur.

Se hicieron muchas copias de la obra de Enheduanna, muchas de ellas con fecha de cientos de años posteriores a su muerte, y se mantuvieron en Nippur, Ur y posiblemente Lagash junto con inscripciones reales que indican que eran de alto valor, quizá igual a las inscripciones de reyes.

Obra literaria

Los eruditos históricos y literarios la consideran como posiblemente el/la autor/a y poeta más antiguo/a cuyo nombre se conoce. Escribió los primeros textos que se pueden atribuir a un/a autor/a. Es también la única mujer entre los grandes autores de la literatura mesopotámica. Sus temas son religiosos: himnos al dios Nannar y a su templo de Ur, mas también a la diosa Inanna, protectora de la dinastía de Akkad.

Enheduanna compuso 42 himnos dirigidos a templos de todo Sumer y Acad incluyendo Eridu, Sippar y Esnunna. Los textos se han reconstruido a partir de 37 tabletas de Ur y Nippur, la mayor parte de las cuales datan de los periodos Ur III y Viejo Babilonio. Esta colección se conoce generalmente como 'Los himnos de los templos sumerios'. Los himnos de templos fueron la primera colección de su clase; en ellos Enheduanna afirma: “Rey mío, algo se ha creado que nadie ha creado antes.” La copia de los himnos indica que estos himnos de templos se usaron mucho tiempo después de la muerte de Enheduanna y se tenían en alta estima. Los "Himnos del templo sumerio" están considerados como uno de los primeros intentos de una teología sistemática.

Su otra obra famosa es la Exaltación de Inanna o 'Nin-Me-Sar-Ra' que es una devoción personal a la diosa Inanna y también detalles de la expulsión de Enheduanna de Ur.

Además, eruditos como Hallo y Van Dijk, sugieren que ciertos textos no atribuidos a la misma podrían ser también obra suya.

La autoridad de Enheduanna suscita el tema de la educación femenina en la antigua Mesopotamia. Se conoce que esposas de los reyes encargaron poesía o, quizá, la compusieron ellas mismas y a la diosa Nindaba se atribuye actuar como escriba. Como Leick señala "hasta cierto punto los epítetos descriptivos de diosas mesopotámicas revelan la percepción cultural de las mujeres y su papel en la sociedad antigua".


Biografía completa extraída de Wikipedia.